Sábado por la noche, vuelvo a casa sin chico sin bolso y con algunos tequilas de más. Al maldito camarero parecía que le dabas un disgusto sí no te tomabas un tequila con él, y yo que no sé decir que no y mis amigas que rechazaban continuamente la invitación... implico que me bebiera mis tequilas y los de mis amigas.
Llegar al siguiente bar manteniendo la compostura e intentado encontrar al chico de gafas que me pone canciones de Nick Cave. No está. Última cerveza y nos vamos a casa, pero mi bolso no está. Se llevan mi dinero, mis tarjetas, mi móvil, mis lentillas, mi abono transporte, mi tabaco, mi mechero favorito, mi abono del video club, mi pintalabios, mi boina y demás gilipolleces que hacían que mi bolso pesara demasiado para llevarlo colgado en el hombro.
Abrir un bolso ajeno, implica saber muchas cosas de una persona. Me pregunto sí quienes me lo quitaron guardaran sus cosas o las tiraran al primer contenedor de basura que encuentren. Recuerdo un capitulo de Tintín en el que un ladrón de guante blanco guardaba las carteras por orden alfabético. Mirando mi bolso pueden saber donde vivo, en que restaurante he cenado, como soy ahora y por alguna foto perdida como era hace unos años, una lista de discos que me quiero comprar y tachados los que ya me he comprado. Mensajes en el móvil: “Vivimos a cinco paradas de metro, respiramos el aire del mismo pulmón de la ciudad, tengo dos entradas para el concierto de este sábado, ¿Quién soy?” “Leyendo a Cortazar subo una escalera pensando en ti”, “Shalalele, shalala, nuestra aldea es genial”
Creo que sí fuera ladrona y robara bolsos, miraría cada pequeño detalle de ellos e imaginaría sus vidas, aunque seguro que no te sueles encontrar cosas interesantes. Igual que es difícil encontrar conversaciones interesantes que espiar en el autobús o en los cafés.
En comisaría al chico que espera conmigo le han robado el coche. ¡Consuelo de tontos! Y pienso que quiero ser policía. Se oyen sus conversaciones en el cuarto de al lado. Recuerdan tiempos de la mili, hablan de una fiesta que tuvieron. No tienen trabajo y por tanto charlan de sus cosas, no como yo que cuando no tengo trabajo tengo que disimular que hago algo o inventarme el trabajo.
Conclusión de la noche: llevar bolsos más pequeños y pensar seriamente en hacerme policía.
5 Comments:
¿seguro que el bolso no te lo ha robado ningún admirador/a?
¿te imaginas un guión con eso que cuentas?
¿apareció algo?
Lo de policía no tiene desperdicio. Cartera que encuentres o que te devuelvan, acceso que tienes a una vida ajena sin haber tenido que delinquir para ello. Claro que si para eso te tienes que tragar algunas historias de la mili, se impone un iPod...
mmmmmmmmmm me gusta la idea de que me lo hay robado un admirador. Mmmmmmmmm pero creo que ya no me gusta ese admirador, por su culpa me quedo sin ir al festival de Gijón por falta de pasta.
¿Aparecerme algo? Ahí deben seguir los tipos, recordando historias de la mili...
Menos mal que no tengo un iPod sí lo llego a tener hubiera estado en el bolso. Don Cristal que alegría escucharte de nuevo.
Hola soy el ladrón. He dejado tu DNI, tu dinero y tu tarjeta de crédito en una comisaría cercana, disculpa las molestias. Me quedo algunas cosas, por eso escribo esto desde el frio submundo del anonimato: tu foto para el recuerdo, tu boina para el frio, tu pintalabios para pintar las lentillas, tus lentillas para pintarlas con el pintalabios, tu abono transporte, tu tabaco y tu mechero para fumar recorriendo Madrid (gratis). También me quedé tu móvil, pero eso luego te lo explico.
Vi como mordías a una persona guapísima; me enamoré de esa persona. Vi como soltabas el bolso y pensé...q era la única forma de saber más. Sé q le gusta Cortázar y q sube escaleras (bonito móvil), conozco su nombre ya. Sé q volveré a veros y q me casaré con la persona mordida, y tendremos tres hijos..Julio, Julia y Julio, viajaremos a Gijón sólo por darte envidia y viviremos del cuento del robo de bolsos a gran escala.
Soñar es gratuito. Vivir es otra historia. Un cigarrito del buen rollo??? (me fabrico amantes inventados... hay q ver para lo q he quedado!!!). Buen blog, volveré a visitarlo. Viva la Soleá, viva el vino cabezón q no me deja dormir, vivan las narices grandes, vivan Buluba, Balamba y Bú.
Jamás pensé que diría esta frase, pero "le juro que mordí esa nariz por accidente".
Podemos hacer un intercambio, yo le entrego a la persona mordida que de regalo le dará un cigarrito del buen rollo y le hará reírse junto con Julio, Julia y Julio y a cambio la próxima vez que salgamos a tomarnos una cerveza y el resto de la gente decida volver a casa, usted y yo hablamos y nos tomamos una última.
"Y un poquito de silencio que aquí viene uno a entregar el alma"... siempre quise decir esta frase.
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