martes, febrero 21, 2006

Generación Doctor en Alaska


Formo parte de esa generación que volvía pronto a casa los viernes o los sábados, dependiendo del día en que pasasen Doctor en Alaska. Daba igual que tu mejor amiga estuviera apunto de hacerte una confesión o que el chico de tus sueños se acercara a hablarte, recogías el abrigo y salías volando por la puerta de la discoteca de turno para ir a tu casa.

En España se les ocurrió la brillante de idea de sacar la primera temporada en DVD. Desde entonces espero que saquen la segunda. Eso fue hace dos años.
Me canse de esperar así que me compre la segunda y tercera temporada en Internet. Estuve una semana nerviosa, cuando llegaban las doce, estaba pendiente de mi cartero y de sí traía mi preciada compra… y por fin llego. Desde entonces he dejado de estudiar y dedico mi tiempo a intoxicarme con la mejor serie de todos los tiempos.

Estas son algunas de mis citas favoritas:

Dr. Fleischman: ¿Has visto a alguien que resulte más atractivo a las mujeres que Chris?
Ed: mmmm James Bond
Dr. Fleischman: Prueba con la vida real
Ed: no gracias

Holling: La gente habla y habla y luego ¿Qué? Shelly yo no te quiero por tu mente, te quiero por tu cuerpo… por el sexo
Shelly: ¿lo dices en serio?
Holling: Por supuesto que si
Shelly: Ohhh Holling yo también te quiero

Dr. Fleischman: (a Holling) ¿Entonces quieres que escriba a Hacienda diciendo que no puedes pagar tus impuestos porque no te encuentras bien?

Maggie: ¿Entonces que hago? ¿salgo solo con tipos que quisiera ver muertos?

Chris: En cada ser humano hay un lado oscuro todos queremos ser Obi Wan Kenobi y en gran medida lo somos pero también hay un Darth Vader dentro de nosotros. No se trata de que tengamos que elegir entre una cosa u otra porque estamos hablando de dialéctica, del bien y del mal que coexisten en nuestro interior. Podemos huir pero no escondernos. Seguid mi consejo, enfrentaos a la oscuridad cara a cara. Mirarla fijamente. Poseerla. Como dice nuestro amigo Nietzsche, ser un ser humano ya es bastante complicado así que darle un buen abrazo a la oscuridad del alma y gritar el eterno si.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Las noches en casa de los padres, agazapados cerca del televisor con éste a un nivel prácticamente inaudible por miedo a despertar a cualquiera, mientras Fleischman y compañía nos hacían querer vivir y morir en Cicely, Alaska, son sin duda uno de esos recuerdos que vamos a conservar como algunos de los momentos más entrañables y auténticos de aquellos años.

9:48 a. m.  
Blogger Meet me in Montauk said...

Mis padres estaban tan encantados de que volviera a casa a horas razonables, que no me ponían problema con verlo en el salón... a un volumen razonable por supuesto... luego siempre estaba la opción de los cascos... siempre que controlaras el volumen de la risa y los comentarios en voz alta.
Un abrazo señor,

10:33 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

vaya por Dios.
a mi no me pillaba bien verla y todos me hablaban igual que en tu post:
"jijijiji, que divertido"
"¿y viste la frase que soltó nosequién?"
"jujujujuju"
...
y tu con cara de pánfilo tratando de no quedar mal y verle la gracia como si hubieras visto el capítulo.

algún día veré algún capítulo y podré reirme por las veces que me lo contaron...
saldos.

8:16 p. m.  

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