domingo, enero 08, 2006

Que diez años son nada

Viene unos días a mi ciudad el chico al que un lunar le besa la boca. Desde hace diez años yo también lo hago.
Hace diez años una noche de verano me susurrabas en el oído y vagábamos por las calles de tu pueblo mientras recordabas tu niñez en sus esquinas. Hace diez años montados en un banco de su plaza viajábamos por Londres, nos reíamos mientras me mirabas desde el otro lado de tus ojos tristes. Viniste a vivir a Madrid pero nunca nos llamábamos, jugábamos al juego de encontrarnos por las calles y laberintos de la ciudad. Y nos encontrábamos para darnos besos adolescentes. Recuerdo el sabor a cerveza y el olor a humo en tu pelo. Recuerdo encerrarnos en un baño y mientras la gente golpeaba la puerta tú le contabas hermosos cuentos a ese hueco que hay entre mi hombro y mi cuello. Recuerdo un bar lleno de gente y tu mano arrastrándome diciéndome que nos fuéramos a otro sitio por los viejos tiempos, que dejara a aquel otro allí y huyéramos. Te recuerdo en verano, acercándote a mi pueblo con la excusa de bañarte en su lago, te recuerdo en una casa en medio de la montaña, de noche y con frío, con queimada para templar el alma y música para calentar el cuerpo. Pese a los años me sigues llamando niña y sigues teniendo ese acento de las tierras del norte.

Me han dicho que ahora tienes novia en ese pequeño pueblo. Tú y yo no hablamos de esas cosas, tú y yo nos encontramos, nos decimos todas esas cosas que siempre deberíamos decir en voz alta, vemos una película, nos volvemos a vestir con la ropa de los domingos y nos despedimos hasta la próxima.

2 Comments:

Blogger el oso azul said...

supongo que hay amores y amores verdaderos...bonito hueco el que hay entre cuello y hombro

7:11 p. m.  
Blogger Meet me in Montauk said...

¡bendito hueco el que hay entre el hombro y el cuello!!!! Y benditos aquellos que lo encuentran ;-)

10:52 p. m.  

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