El Código Da Vinci

Voy a ver “El Código Da Vinci” y me pregunto ¿a qué tanto escándalo? ¿Acaso esas manifestaciones de feligreses del Opus y afines eran debidas a la malísima calidad de la película en cuestión? ¿O acaso en serio se creen que somos tan imbeciles como para tomarnos por veraz dicha ficción? ¿Tal vez es debido a la horrible actuación de Audrey Tautou? (Por favor, vuelve al cine europeo a rodar películas maravillosas como “Amelie” o “Dirty Pretty Things”). Acaso lo único bueno de la tarde fue ver y sobre todo escuchar a una de mis voces favoritas el gran sir Ian McKellen (también conocido como Gandalf). Y volver a ver (aunque fuera en celuloide) esa iglesia tan hermosa que esta al lado de Edimburgo, Rosslyn Chapel. Viendo las imágenes allí rodadas, recordé el día que pase allí hace unos años ya, aunque pensamos ir solo un par de horas a verla, finalmente nos quedamos el día entero, Karine dibujaba sus columnas y yo hacia fotos a cada una de sus figuras, compramos unos sándwiches para tomarlos mientras observábamos su bella fachada. Es curioso como nuestra mente selectiva nos permite recordar algunas cosas y otras no. De ese día recuerdo cada momento, la ropa que llevábamos, lo que comimos, el camino de vuelta en autobús, el concierto al que fuimos después en el Blue Note de la mano de Sam…

Estaba hablando de una película ¿no? En fin, la única conclusión que saque de ella fue que estos escándalos motivados por fanáticos religiosos cada día me dejan más fría y al tiempo me preocupan tremendamente… y que me da igual un radical pidiendo que juzguen a un danés que otro con pancarta pidiendo vetetuasaberque.