viernes, enero 13, 2006

La Historia de mi Vida


miércoles, enero 11, 2006

Te echo de menos

Las mañanas de los domingos, cuando yo bajaba a comprar el periódico y desayunábamos en la cocina, mientras esperabas a que yo tomara mi último mordisco de mi pan con tomate para encenderte un cigarrito. Luego vagueábamos un rato por la casa. Tú hacías algo de comer y nos dábamos un empacho de “Friends”. Echo de menos las confidencias de medianoche, antes de dormir. Aun añoro más tus “¡Que rarooooooooooo!” “¡Su PUTA MADRE!”. Cuando el chico con lunares como lagrimas dormía conmigo y a la mañana siguiente me comentabas que al acercarte a la cocina se oían mis susurros desde la nevera. Echo de menos tu risa. Echo de menos que un día cualquiera antes de llegar a casa, me llamaras para tomarnos una cervecita en la terraza del barrio. Echo de menos a la mejor compañera de piso que he tenido nunca.

Tú estas lejos, en otro país, luchando por lo que crees, luchando por todo aquello en lo que también yo creo desde mi confortable casa, que también te echa de menos.
No sé que estarás haciendo ahora, me imagino tu vida, a estas horas de la noche te quedara poco para el toque de queda, para volver a tu casa a dormir, y seguir luchando contra el hambre mañana. Echaras de menos a tu chico entre tus sabanas, desearías que hubiera más fondos para que no se murieran más niños cada semana. Desearas que el mundo fuera más justo para que tú no tuvieras que estar en la otra punta del mundo dando tu vida. Desde aquí nos acordamos de ti y se nos llena la boca recordando viejas historias, comentando el último mail tuyo recibido, recordando tu extradición este verano, recordando tu visita en noviembre, recordándote y esperando tu vuelta.

Supongo que echo de menos a una amiga.

lunes, enero 09, 2006

Gracias Señor Machado

"La prosa, decía Juan de Mairena a sus alumnos de Literatura, no debe escribirse demasiado en serio. Cuando en ella se olvida el humor -bueno o malo-, se da en el ridículo de una oratoria extemporánea, o en esa que llaman prosa lírica, ¡tan empalagosa!...

-Pero -observó un alumno- los Tratados de Física, de Biología...

-La prosa didáctica es otra cosa. En efecto: hay que escribirla en serio. Sin embargo, una chispita de ironía nunca está de más. ¿Qué hubiera perdido el doctor Laguna con pitorrearse un poco de su Dioscórides Anazarbeo...? Pensaríamos de él como pensamos hoy: que fue un sabio, para su tiempo, y hasta intentaríamos leerle alguna vez"

Juan de Mairena

domingo, enero 08, 2006

Que diez años son nada

Viene unos días a mi ciudad el chico al que un lunar le besa la boca. Desde hace diez años yo también lo hago.
Hace diez años una noche de verano me susurrabas en el oído y vagábamos por las calles de tu pueblo mientras recordabas tu niñez en sus esquinas. Hace diez años montados en un banco de su plaza viajábamos por Londres, nos reíamos mientras me mirabas desde el otro lado de tus ojos tristes. Viniste a vivir a Madrid pero nunca nos llamábamos, jugábamos al juego de encontrarnos por las calles y laberintos de la ciudad. Y nos encontrábamos para darnos besos adolescentes. Recuerdo el sabor a cerveza y el olor a humo en tu pelo. Recuerdo encerrarnos en un baño y mientras la gente golpeaba la puerta tú le contabas hermosos cuentos a ese hueco que hay entre mi hombro y mi cuello. Recuerdo un bar lleno de gente y tu mano arrastrándome diciéndome que nos fuéramos a otro sitio por los viejos tiempos, que dejara a aquel otro allí y huyéramos. Te recuerdo en verano, acercándote a mi pueblo con la excusa de bañarte en su lago, te recuerdo en una casa en medio de la montaña, de noche y con frío, con queimada para templar el alma y música para calentar el cuerpo. Pese a los años me sigues llamando niña y sigues teniendo ese acento de las tierras del norte.

Me han dicho que ahora tienes novia en ese pequeño pueblo. Tú y yo no hablamos de esas cosas, tú y yo nos encontramos, nos decimos todas esas cosas que siempre deberíamos decir en voz alta, vemos una película, nos volvemos a vestir con la ropa de los domingos y nos despedimos hasta la próxima.

martes, enero 03, 2006

Nochevieja 2006


Comienzo el año sobre tacones. Consigo no atragantarme con las 12 uvas, y sigo sin saber el plan para la noche. Sara llora al otro lado de la línea telefónica, debe haber vuelto a discutir con su novio, así que no nos queda más que el plan B, fiesta en Legazpi en la casa de unos amigos de un amigo de una amiga. Sincronicemos. Nos queda media hora de metro, no hay taxis, hay atascos. En el anden me doy cuenta de que hace años que no me visto de largo en estas fechas. A mi alrededor chicas con moños, tacones imposibles y escotes que desafían el frió de la noche, acompañadas de chicos vestidos todos con el mismo traje pero con diferentes colores en las corbatas.
No sé como llego a Legazpi y allí me espera Ana. Al parecer Rosa que era el contacto para ir a la fiesta se ha quedado tirada en Avenida de América a mitad del trayecto, y no hay taxis, no hay metro, no hay nada. Consigo hablar con Sara que ya no llora y me dice que vayamos a su fiesta en Manuel Becerra. Volvemos al plan A, pero no tenemos forma de llegar.

Ana y yo decidimos andar hasta:

a) encontrar un bar
b) encontrar un taxi
c) encontrar una parada de búho
d) morir por congelación

Mientras caminamos por el Paseo de las Delicias, pasa un autobús lleno de gente. Corremos tras el y nos lleva a través de Atocha y el Paseo del Prado hasta Cibeles. Las calles están llenas de cientos de personas celebrando el año nuevo. Llegamos a Manuel Becerra y nos llama Rosa y compañia, ya que andando han llegado hasta donde estamos nosotras. Nos reunimos para la fiesta, María llegara en media hora. FIESTA. Desde la el salón en el que escuchamos música, bebemos copas, hablamos con desconocidos y nos presentan a desconocidos por conocer, hay una ventana que da al edificio de enfrente. Podemos ver las fiestas de los vecinos a los que saludamos, alzamos las copas y brindamos con ellos desde la distancia. Alguien toca la barbuca y alguien un cajón, mientras Alberto me saca a bailar.

La muchedumbre decide moverse a otra casa en Rivas, pero nosotros optamos por ir a casa de Ana. Nos dividimos en dos taxis, el que nos lleva hasta allí nos cobra 6 euros de suplemento, discutimos con el taxista nos enseña las tarifas y finalmente aceptamos pagar semejante recargo. Les preguntamos a los del segundo taxi si han tenido que pagar los 6 euros, pero nos dicen que solo han tenido que pagar 5 euros, al parecer el taxista iba demasiado borracho y decidió hacerles un descuento. Ya decía yo que las curvas que hacia no podían ser a propósito.

Cruzamos la calle para llegar hasta la casa de Ana, pero o no... algo nos detiene, algo nos atrae, es más poderoso que nosotros, es un KARAOKE. María y yo tras una larga meditación decidimos cantar Pimpinela, Tim intenta encontrar alguna canción en inglés a su medida, finalmente se decanta por “Penny Lane”. Para cantar en un karaoke, primero hay que entrenarse duramente, para lo cual pedimos copas bien cargadas. Hay un par de chicas que destrozan canción tras canción, hasta que una chica rapada embutida en un vestido negro las saca del escenario y con ellas a todos sus amigos. Uno de ellos intenta enfrentarse a ella, pero una de las destroza canciones le coge del brazo y le obliga a salir. Nos miramos, y decidimos marcharnos, ninguno pensamos enfrentarnos a todos esos músculos. Huimos y mientras intentamos encontrar un sitio donde tomar un chocolate con churros, cantamos la canción de Pimpinela que no hemos conseguido destrozar en el karaoke. Han abierto el parque del Retiro, dudamos entre congelarnos en la estatua del Ángel Caído, o tomarnos un colacao caliente en casa de Ana. Gana esta última opción. Vemos el amanecer, escuchamos música, nos reímos, y decidimos irnos de una vez a dormir.

María y yo luchamos por un taxi, pero todos deben estar tomándose un chocolate en algún sitio que nosotros no encontramos. Finalmente encontramos uno, y yo galantemente se lo cedo. Parece que voy a tener que volver en metro, mientras me dirijo hacia allí, se para un coche con dos chicos y se ofrecen a acercarme a alguna parte. Les digo que no educadamente, no sé en que mundo vivirán ellos pero en el mío, no se aceptan caramelos de desconocidos. Me paro un segundo, miro mi reflejo en un escaparate... mmmm, no no doy la impresión de cobrar por un viaje. En el metro esta la misma gente que horas atrás pero las chicas tienen el rimel corrido, los zapatos de tacón en la mano, y los chicos la corbata sin nudo.

Una última sorpresa al llegar a casa, al abrir la puerta del portal me encuentro a un tipo muy borracho intentando abrir la puerta de la luz. Le pregunto quien es, el tipo no puede articular palabra, así que le pido que salga del portal, él se choca contra la pared, luego contra la puerta, tropieza por los dos escalones, llega a mi lado, le empujo fuera y cierro. Veo como se tambalea y se cae en plancha sobre los setos. Me pregunto sí será uno de mis vecinos a los que no conozco, me encojo de hombros “no se puede ir tan borracho que narices”.

Gracias a todos los que colaboraron en hacerme reír tanto que aun me duren las agujetas y en hacer esta nochevieja una de las mejores de mi vida.

lunes, enero 02, 2006

Feliz 2006

Uno de mis trailers favoritos, para verlo pulsa el titulo: Feliz 2006

PD. Mil gracias Yojimbo por la asistencia técnica