lunes, octubre 16, 2006

Otro domingo

Los placeres del domingo se centran el levantarse tarde, bajar a comprar el periódico y charlar un rato con mi quiosquero, desayunar pan con tomate y dos enormes tazas de té mientras leo al articulo de la semana de Timothy Garton Ash.

martes, octubre 10, 2006

Linea 1


Siguiendo un meme (que narices es un meme????) que me ha gustado mucho y que he visto en el blogg del señor Yojimbo en el que hay que elegir un grupo y responder a una serie de preguntas con títulos de sus temas y demás... resulta lo siguiente:

*Cantante o grupo elegido: Los Planetas

*¿Eres hombre o mujer?: "Que no sea Kang, por favor"

*Descríbete: "El artista madridista"

*¿Qué sienten las personas acerca de ti?: "Nunca me entero de nada”

*¿Cómo describirías tu anterior relación sentimental?: "Segundo Premio"

*Describe tu actual relación con tu novio(a) o pretendiente: "Pesadilla en el parque de atracciones"

*¿Dónde quisieras estar ahora?: “José y yo”

*¿Cómo eres respecto al amor?: "Santos que yo te pinte"

*¿Cómo es tu vida?: "Un buen día"

*¿Qué pedirías si tuvieras un solo deseo?: “De viaje”

*Escribe una cita o frase sabia: "Sé tú mismo, repetimos una y otra vez. Pero para ser yo mismo no tengo que ser."

*Ahora despídete: "Y además es imposible”

lunes, octubre 09, 2006

Sí, suena Al Green

Todo a mí alrededor huele a Sam. Es algo que me cuesta explicar, supongo que tiene que ver con que mis padres tuvieran una tintorería cuando era niña, y que junto a su tienda hubiera un taller mecánico, todo a mi alrededor eran olores, olores abstractos, a químicos, a aceite, y olores inexistentes. A veces esos olores vuelven a mí. En ocasiones son olores concretos, de perfumes, de un cuerpo, a veces son olores abstractos, como el de Sam.

Él olía a una mezcla entre crema para bebes y aceite de lavanda. Todo huele a él a mi alrededor, tanto que he decidido salir de casa, e intentar ahuyentar su olor con cada cigarro que me fumaba, hasta que finalmente he dejado de fumar contra él y he comprado una botella de vino, para brindar por Sam, y por todos los recuerdos que ha traído consigo. He recordado la primera vez que nos vimos en aquel sitio rodeados de música, con nuestra pequeña batalla de baile. Recuerdo su pantalón remangado solo por una pierna, para que no se enganchara con la cadena de la bicicleta. O cuando me regalaba entradas para el cine Cameo. La primera visita al estudio del pintor para el que trabajaba, rodeada de nuevos olores a pintura, a madera, a lienzos sin secar y al cuerpo de Sam. Recuerdo aquella noche que no quería salir y que acabo con nuestro primer beso…
Recuerdo que era sábado y tú querías salir a bailar, te habías puesto tus zapatos blancos y querías danzar en el bar de “Blue Note”. Yo quería ver a ese camarero alemán 4 años menor que yo que me hacia soñar cada noche. Así que tras ver por decimoctava vez “Los Amantes del Circulo Polar” me reuní contigo y con Ben en ese bar. Ben ya había bebido demasiado y me hablaba de alguna película que yo no había visto. Desde la distancia me mirabas y guiñabas uno de tus enormes ojos. Decidiste que esa noche nos emborracharíamos, y yo brinde por ello. Miraba a la puerta del bar esperando que entrara ese camarero alemán que nunca llegaba. Y pensaba en toda la gente que entraba, a la que tal vez la esperen en algún lugar... cuanta gente a mi lado, que no me importa que no me interesa, pero ¿dónde estará él? Probablemente en algún lugar donde alguien espera a alguien que no llega. Pasaban las horas, tú y yo seguíamos bebiendo, cuando Ben decidió abandonarnos antes de perder del todo el equilibrio. Nosotros nos reíamos. Entonces tú decidiste que era la hora de bailar hasta matar nuestros miedos, nuestras pesadillas y nuestros deseos, y yo brinde por ello con un movimiento de pies. La música era funky, la música era rápida, pero entonces tú yo comenzamos a bailar muy juntos, muy cerca, me hablabas al oído, me decías todo aquello que yo necesitaba escuchar. Jugábamos al juego de vamos a besarnos... tal vez... tu boca roza mi oído... tú boca se acerca a la mía, para volver a alejarse, nos sonreímos entre al música y entre tanto desconocido. Tú boca vuelve a susurrar algo en mi cuello, mientras yo pienso en tu aliento que roza mi piel y en tu olor tan suave, tan dulce. Tu cara roza mi mejilla, y nos volvemos a sonreír entre el humo, entre la excitación, entre la música. Tu brazo se apoya en mi cintura y yo deseo que nunca se separen, tus labios rozan mi piel, entonces cerré los ojos y decidí no pensar, suspiraba tu aliento, y mi cara se alejaba. Me di cuenta de que yo sabia jugar a ese juego, te voy a besar, pero juguemos al juego de somos amigos y no va a pasar lo que está pasando. Hasta que nuestros labios se juntaron y deje de jugar a ser amigos. Y entonces tú y yo nos dimos aquel beso, el mejor beso de mi vida, el número uno en mi lista de besos. Mientras me rodeaba tu olor, la suavidad de tu piel, el sabor de tu boca. Me reí, y me fui del local, porque me dio miedo sentir lo que sentí esa noche.

Todavía cuando escribo esto, pese al vino brindado en su honor, pese al tabaco, pese a que lo intento, todo sigue oliendo a él.

martes, octubre 03, 2006

De boda en boda

Con todos los kilos ganados este verano y durante el doctorado, conseguí entrar en uno de los vestidos que tenia para ocasiones especiales, y logre ir a la boda sin desembolsar el correspondiente dinero por un vestido nuevo. El novio era hijo de unos amigos de mis padres, así que nos conocíamos de toda la vida, ya que nuestros progenitores son domingueros, y hemos pasado muchos muchos domingos en la sierra acompañados de la paella de rigor. Sin embargo hacia tiempo que no coincidíamos, así que me encontraba rodeada de gente que conocía pero que tenía niños, o de niños que ya no lo eran.
Tras la ceremonia esperábamos la salida de los novios, cuando alguien me cogio del brazo y me dijo que hacia falta un testigo, y la elegida era yo: mi primera vez como testigo. Pensé en recordarle al novio cuando teníamos cuatro años y jugábamos a salvarnos a orillas de un lago, y como ese día decidimos casarnos cuando fuéramos mayores. ¿Qué mayor simbolismo había que yo siendo testigo de su boda, y de que “yo” su primera candidata entregara a mi primer candidato? Más tarde me alegre de no haber abierto la boca, ya que su prima sordomuda decidió horas más tarde que me lo quería ligar, y ya que él tampoco hablaba el lenguaje de signos, se empeñaba en decirle por gestos que tenía el cerebro muy pequeño, mientras me señalaba a mi y hacia venir a la novia para que yo tuviera constancia de que él se había casado. Todo esto ante mi mirada atónita y una sonrisa entupida que se encontraba petrificada en mi boca. Durante la cena entre charla y charla alguien recordó que de pequeña me llamaban Vicky, y cuando intentaba negarlo un clic sonó en mi cabeza “efectivamente, me llamaban Vicky cuando era una niña”, aunque nadie conseguimos recordar el por qué. Un rato después me encontraba haciendo una guerra de espadas con dos de los hijos de uno de ellos, yo ganaba todo el rato, así que uno de los niños llego a la conclusión de por qué no había forma de vencerme: “Es la novia de Spiderman” grito. Creo que nunca me han dicho algo tan hermoso, así que les enseñe a lanzar telarañas, hasta que llego el postre y nos lanzaron a la pista de baile. Horas después todos descansábamos en sillas colocadas en circulo a un lado de la pista, recordábamos los viejos tiempos y hablábamos de los que quedaban por venir.
No puedo evitarlo, y pese a mis enfrentamientos con determinadas tradiciones, no puedo evitar que me sigan gustando las bodas.

domingo, octubre 01, 2006

Series de Televisión


Tiendo a hacerme adicta a la mitad de las series de televisión, las últimas han sido “Alias”, “House”, “Anatomia de Grey”, “Perdidos” y “The Office”. Pero por distintos motivos, tales como que a la televisión le da por ponerlas dobladas en castellano y no hay posibilidades de verlas en versión original, que las estrenan veinte mil años despues o que directamente deciden no estrenarlas en España, tienes que acabar recurriendo a tu camello P2P. Así estamos a la espera del estreno de la tercera temporada de “Perdidos” en pocos días… elucubrando quienes son los “buenos”, si los personajes John Locke y David Hume tienen alguna relación con los filósofos del mismo nombre, que significan los números dichosos, etc.

Con “The Office” tan solo a un canal le dio por estrenarla, pero su versión británica, cuya versión querría decir que me gusta más que la americana, pero faltando a todos mis principios (que para que negarlo, tampoco son demasiados) acabe enganchada a la americana, la cual todavía sigue en antena. Cada viernes acudo nerviosa a mi servidos habitual de pirateo para encontrar a algún alma samaritana que haya colgado el último capitulo de la serie en cuestión.
En fin, todo esto viene a cuento de… ¿Alguien me pasa “The Office”?