Si alguien no lo puede remediar, la canción protesta volverá

El primer error fue quedar a las 10 y estar tomando cañas hasta una hora después. Así que decidimos, bueno yo decidí empezar la noche en las Escuelas Pías con un concierto de flamenco en la terraza. Y por qué no decirlo, el sitio era perfecto, pero la música sonaba demasiado lejos, y el descanso comenzó al poco de llegar y se prolongaba demasiado tiempo. Por lo cual decidimos dar un paseo desde donde estábamos en Lavapiés hasta la Casa de América. Y aunque M. insistiera toda la noche en preguntar a P. cuantos kilómetros habíamos andado en este recorrido que le había causado un tirón muscular, todos insistíamos en que exageraba, aunque ella se paso la noche cojeando. En la Casa de América faltaba alguien que informara que no había nada dentro ya, y que el único plan posible era tomarse un copazo o pagar €16 por cenar. Así que en este momento decidimos que la noche en blanco era un asco y que nosotros optábamos por emborracharnos en lugar de culturizarnos. Si hubiéramos seguido adelante con esta decisión no habríamos acabado como acabamos. Pero nuestros planes cambiaron repentinamente.

Alguien propone ir al Albeniz a ver a una panda de cantautores y ese alguien huye dejándonos tan solo a M., a J., y a mí. Tras esperar en una larga cola entramos en el teatro, y ohhh sorpresa: Un tal Moncho presenta a los cantautores atormentándonos con sus propias canciones para al poco descubrimos que la gente va a ese teatro a dormir, para así decir al día siguiente que estuvieron hasta las cinco de la mañana por ahí. Pero ellos son afortunados, al menos duermen, y se medio despiertan para aplaudir tras cada canción. Bueno, decir canción es un decir… el primero de los tipos que salio al escenario, tenia letras del calibre de “cuando miro tu culo veo el futuro, porque eres perfecta, peeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeerfecta, perfectaaaaaaaaaaaaaaaaaa, per-fec-ta, perfectaaaaaaaaaaaa” ¿adivinen como se llamaba el tema en cuestión? Alguien le debía avisar al chico que en el género de la comedia triunfaría, pero que en la música le faltaba aprender a tocar la guitarra, a cantar y a componer, yo lo intente hacer sutilmente mirándole con caras de odio cada vez que me lo cruce esa noche, que para mi desgracia fueron dos. El siguiente sabia tocar, y no cantaba mal… de hecho su disco se incluye como regalo en la revista “Padres hoy: como dormir a su nene berreador”. Hizo una pequeña prueba dejando caos a todos los asistentes en menos de cinco minutos.

Y así termino la noche en blanco, y porque a mis acompañantes y a mi nos dan una piruleta y nos montamos la noche, pero falto mucha mucha organización y no solo por nuestra parte.

Madrid noche en blanco

Increíble pero cierto, el ayuntamiento de Madrid hace algo que no sean agujeros, parquímetros o cabrearnos a todos los ciudadanos: Madrid noche en blanco

SALVADOR: cine con mayúsculas

Uno de los alicientes añadidos de ir al cine a ver películas españolas, es que no tienes porque ir a una de las minisalas de la plaza de los cubos, sino a un cine con mayúsculas: al “Palacio de la música” con sus butacones, con un encantador chico que te sirve palomitas, coca-cola o pastillas de goma y con una pantalla enorme. Así que hacia esa inmensa sala nos dirigíamos a ver “Salvador”. De nuevo quedo confirmado mi principio de que en un 99% de los casos a los cinco minutos de proyección, ya puedes predecir si lo que te están dando es una buena película o no. En este caso, era cine, cine de verdad, con mayúsculas. Una película estética en la imagen que en ocasiones se transforma espectacularmente en imágenes aéreas de luces y sombras, una fotografía hermosa y evocadora de un tiempo pasado y de un tiempo presente; esteticismo que contrasta con la dureza de la historia, que se complementa con la brillante interpretación de sus actores… sin contar a la más que prescindible Ingrid Rubio efectivamente interpretando de nuevo a Ingrid Rubio. Un inmenso Daniel Brühl en pantalla en una de sus mejores interpretaciones y en uno de los mejores trabajos que he visto en mucho tiempo. Y una más que impecable dirección por parte de Manuel Huerga que no se prodigaba por estos lares desde la también excelente “Antártida”.

¿Quién dijo que no se podían hacer excelentes películas en High Definition? Yo no.

Una de cal y otra de arena

Alatriste: mala y larga

A los cinco minutos de película se me puso la misma cara de idiota que cuando fui a ver “Carmen”, quedando confirmado que las campañas de publicidad a mi me toman el pelo como quieren y más. Viggo Mortensen abre la boca y a mi me dio un ataque de risa que tuve que contener durante mucho mucho rato, con una voz de macarra de Madriz; alguien le debió decir que carraspeara antes de cada escena o al menos que no estaba en “El Padrino”. Elena Anaya con un desnudo gratuito y fuera de lugar ¿para qué? ¿para alegrar la vista del público? Ya me podían haber alegrado a mí el día utilizando un guión. Y esa escena de la cacería con un corta-pega de un ciervo grabado en los años 60… por favor…. Y encima el Alatriste de los cojones no se muere nunca… Lo único que me fascino, fue la gente que aplaudió al final de la película, todavía no se si era agradeciendo que hubiera terminado ese infierno, o si les habían pagado para ello.



30 Días de Noche




Una nueva adaptación de un comic, en este caso del excelente “30 Días de Noche” solo superado por su segunda parte “Días Oscuros”, se presenta más que prometedor, con el director de “Hard Candy” a la cabeza, solo espero que sepan captar la esencia vampirica de este magnifico comic.