viernes, diciembre 30, 2005

Normalmente acompañado de una risita de falsa timidez

Cuando alguien a quien me acaban de presentar comienza la conversación con un “Estoy un poco loc@” o “Soy un poco rar@”. De inmediato pienso que es un imbecil a no ser que demuestre lo contrario.

jueves, diciembre 29, 2005

Revisito Mulholland Dr.

“Mulholland Dr.” (2001). Yo acababa de llegar a Edimburgo hacia unos meses. Algunos de mis amigos trabajaban en el Cameo mi cine favorito, así que de vez en cuando me daban entradas gratis. Uno de ellos tenía un acento imposible de NewCastle y otro tenía un acento que no conseguía descifrar y se lo comente. Se puso colorado y cambio de tema... a medida que pasaron los meses descubrí que no era un acento lo que me impedía entenderle, simplemente ceceaba. Mi mejor amigo era de Londres y tenía uno de esos acentos de la BBC que a los guiris nos facilita la vida.
Me dieron la entrada para “Mulholland Dr.”, me sonrieron con condescendencia, y me recomendaron que disfrutara de la película. “Es una locura – me decían- y no te preocupes por no entenderla, nosotros no la hemos entendido ninguno. Tan solo disfruta de las imágenes”. Les sonreí y les di las gracias.
No había entendido un pimiento de “Carretera Perdida”, y si, si, si, me sé toda la teoría, que el protagonista es esquizofrénico y que por eso el personaje que se encuentran en la cárcel es el mismo pero otro actor diferente al de la primera parte, y que la historia la vemos a través de los ojos de ese personaje esquizofrénico, bla, bla, bla... yo sigo sin entenderla, aunque me fascinan varias de sus escenas.
El caso es que cuando entre a ver “Mulholland Dr” no esperaba enterarme de nada, me costaba entender las películas dependiendo de que acentos y no estaba acostumbrada a verlas sin subtítulos.
Salí de la sala pensativa y mis amigos me invitaron a una cerveza en el bar de enfrente. “¿Qué te ha parecido?” mi respuesta al parecer les hizo bastante gracia “¿Qué es exactamente lo que no entendisteis de la película? Yo creo que la he entendido sin problemas”. Mis palabras se convirtieron en un gracioso chiste para ellos. La españolita esta que ni siquiera nos entiende bien, va a entender la película rara esta. “Creo que el no entender bien el idioma es lo que ha hecho que comprendiera la trama sin problemas, al fin y al cabo el cine es imagen, y David Lynch es muy visual, ¿no?” (Obviamente no dije esto es mi traducción al castellano de lo que dije. Lo dije con mi inglés primitivo). Este comentario no les hizo tanta gracia, y todos pusieron esa cara de “sigue hablando, esto me ha intrigado”.
“Mulholand Dr. Una película que comenzó como serie de televisión. La primera parte me recordaba incluso en su fotografía a esas series a las que todos fuimos secretamente adictos, todos los personajes eran bellos y frívolos, la historia aparentemente intrascendente. Ella llega a una ciudad desconocida y conoce a una bella mujer misteriosa. Buscamos un pasado. Un teatro. Una canción en castellano. Ruptura.
La imagen es sucia, la historia deprimente. La caja azul conecta ambos mundos, igual que en “Blue Velvet” se conectaba el mundo del erotismo, la perversión y la pasión con el de la decisión correcta, el de la normalidad y el de la tranquilidad, a través de una oreja. Todos los personajes que aparecieron en la primera parte se suceden en la segunda, pero con una relación diferente con los personajes. Es la realidad, lo anterior solo podía ser mentira, un sueño, un anhelo. El argumento es claro. El misterio esta resuelto.

Mis amigos me miraban sorprendidos, incrédulos, mi interpretación, les parecía que tenia sentido.
- ¿Pero que significa la escena del sueños? En la que un personaje salido de nadie sabe donde, le cuenta en una cafetería el sueño que ha tenido la noche anterior. Y al salir a la calle se encuentran a ese mendigo misterioso con la caja azul.
- No tengo ni idea. Eso es lo único que no he entendido de la película.
- ¿Otra cerveza?
- Si, ¿Por qué no?
- ¿Tienes una moneda? Me gustaría poner un disco
- Yo tengo, toma. Pídeme otra cerveza a mi también.

miércoles, diciembre 28, 2005

Propósitos para el Año Nuevo

Propósitos para el nuevo año:

1º Dejar de gritar a los desconocidos por la calle ("No se tiran los papeles al suelo", "Primero se deja salir y luego se pasa", "¿Puedes apagar la música de los cojones del móvil?")

2º No lanzarme a la yugular de la gente, incluso si les da por poner "Manic Street Preachers" en mi fiesta de Nochevieja

3º No discutir de política en las comidas familiares.... tampoco en las cenas, y ni pensarlo en los desayunos.

4º Ver la filmografía de Andrei Tarkovsky, pero esta vez despierta.

5º Tolerar a la gente que lee en voz alta, o que mueve los labios al leer, o que se chupan los dedos antes de pasar las páginas (¿pero no sé han leído "El Nombre de la Rosa"?)

6º Aprender a andar con tacones.

lunes, diciembre 19, 2005

"La Madre" de Máximo Gorki

Ultima página de “La Madre” de Máximo Gorki. No sé si me alegra o me entristece no habérmelo leído durante mi adolescencia. Sin lugar a dudas es una de las mejores propagandas comunistas que he leído nunca. Me parece un libro muy inteligente y que cumple sin lugar a dudas su propósito.
La historia nos es contada con un lenguaje sencillo, a través de los ojos de una madre casi sin nombre que es llamada Madre por la mayor parte de los personajes. Esta madre se va transformando poco a poco por los hechos que suceden y por las enseñanzas de su hijo y demás camaradas.
“Nosotros, la gente ignorante, oscura, lo sentimos todo, pero nos es difícil explicarlo. (...) Yo ahora puedo hablar algo de mí y de la gente, porque he empezado a comprender y puedo compara. Antes vivía sin tener con qué comparar. En nuestro medio todos viven lo mismo. Mientras que ahora, veo cómo viven otros, recuerdo cómo vivía yo... ¡y es amargo, duro! (...) Puede que yo diga alguna inconveniencia, y que no haga falta hablar de esto, porque ustedes todo lo saben... pero quisiera abrir mi corazón ante ustedes, ¡para que vieran cuánto bien y felicidad les deseo!”

“Es como si a las gentes les hubiera nacido un nuevo Dios. ¡Todo para todos, y todos para todo! Así es como yo os entiendo a vosotros. Sois en verdad todos camaradas, todos de la misma familia, todos hijos de una misma madre: la verdad”

“¡No apagarán la verdad ni con mares de sangre!... ¡No hacéis más que aumentar la ira, insensatos! ¡Caerá sobre vuestras cabezas!”

Postula el comunismo y la lucha de la clase obrera como una nueva religión. La forma de vida contrasta penosamente con la que nos era contada por ejemplo en “Ana Karenina”. Es una pena que yo sea un poco atea y no crea tampoco en la religión comunista que se predica en “La Madre”. Al leer el libro, al igual que al ver la película “El Hundimiento” no pude evitar acordarme de todos los muertos que cayeron en ambos sistemas totalitarios.

“Uno se pasa unos años reprochándole a su padre haber ganado la guerra. Luego otros en que ignoramos que la hubiera ganado. Cuando al fin estamos dispuestos a admitirlo, somos todos tan viejos que sólo tenemos fuerzas para preguntarnos si valió la pena hacerla. Cuando ocurre esto, ya ni siquiera sabemos de qué hablan Nos miramos con pena, tal vez amargamente, cada uno desde una orilla distinta. Orillas distintas del mismo río. “ del grandísimo Andrés Trapiello.

That's right - you're parsley


Voy al cine a ver la última versión de “Oliver Twist”. Al volver a casa decido ver “El Baile de los Vampiros”, pero por un azar que no alcanzo a comprender, la cinta que cojo es “Los Fabulosos Baker Boys”. Definitivamente esa era la historia que necesitaba esta noche. “Los Fabulosos Baker Boys”, una historia de dos hermanos pianistas en un mal momento de su carrera profesional, que para salir del bache deciden buscar una cantante. Dos hermanos, uno de ellos padre de familia y responsable (Beau Bridges). El segundo de los hermanos (Jeff Bridges) es un perdedor, un gran pianista que acaba tocando “Feelings”, con un perro viejo y una niña a la que cuida cuando su madre se va con alguno de sus amantes. Y una cantante cuyo anterior trabajo era como “señorita de compañía” (Michel Pfeiffer). “Los Fabulosos Baker Boys” es una película que se desarrolla de noche, en la oscuridad de los bares. Que nos muestra el declive, éxito y nueva caída de tres personajes excelentemente interpretada y con un brillante guión. Los temas así como el vestuario de Michel Pfeiffer (Suzie Diamon) reflejan perfectamente la historia que se nos cuenta. Un primer vestido con el que no la dejan cantar, da paso a vestidos elegantes y glamurosos. Su última actuación junto a los Baker Boys será con ese primer vestido con el que no la dejaron subirse al escenario. Las luchas dialécticas entre Michel Pfeiffer y Jeff Bridges son inolvidables. Una escena para la historia del cine: Michel Pfeiffer enfundada en un vestido de terciopelo rojo, tumbada sobre el piano interpreta “Makin´ Whoopee” mientras Jeff Bridges la acompaña.

miércoles, diciembre 14, 2005

Carta a un conocido desconocido

Estimado señor con lunares como lagrimas:

Un año después vuelvo a su ciudad. El tren pasaba sin parar por la estación de tu pueblo. Vi los bancos en los que te esperaba o en los que volvía cargada de besos, abrazos y caricias después de una noche contigo. Esta vez tu no me esperabas en los andenes, pero estabas en las espaldas de todos los hombres que seguía con la mirada, sin saber si quiera si esperaba que fueras tú. Y comenzó el recorrido de esta semana por tu ciudad sin ti.

Me despierto con el olor de crepes, pan fresco, fruta, y una sonrisa. Fotos de viajes, historias del Bierzo, recuerdos de la infancia peleándonos por ser monagillas, música francesa, duermo en un cuarto con espejo y rodeada de las marionetas de Arantxa que vigilan mis sueños. Paseos con Olga perdiéndonos en el barrio gótico. Un té en Valvidriera y otro más en el Café Zurich con un enorme sombrero sobre mi cabeza. Sentada en la arena del mar leo a Trapiello, andar sin que las olas me alcancen, nos adentramos en las calles para tomar unas cañas y unas tapas. Fiesta en una casa que van a derribar, la gente danza al ritmo de la música, a mi alrededor escucho charlas en italiano, en francés, en castellano, en catalán y todos parecen felices. Riegan una plaza con un gato de Botero, nos paramos en un bar con figuras burtonianas de papel maché, me encuentro con un viejo amigo de Edimburgo, de nuevo el mar, a lo lejos pequeños puntos hacen surf y me vuelvo a acordar de ti, me pregunto sí serás uno de esos puntos o sí ni siquiera estarás aquí.

De vuelta a casa al pasar por tu estación donde mi tren no para, la noche no me dejo ver el banco donde me sentaba a esperar para volver a la ciudad. Todavía no sé cuanto me duele el que no te haya echado de menos.

Tres besos tres, por los viejos tiempos de la mujer con sombrero.

viernes, diciembre 02, 2005

Llueve

Llueve. Los coches salpican a los transeuntes al pasar. Los peatones llevan paraguas que más bien parecen sombrillas. Las señoras mayores llevan bolsas de la compra atadas a la cabeza. Los niños llevan botas de plastico de colores y saltan sobre los charcos. Las madres gritan a los niños que dejen de ensuciarse y les tratan de cubrir con su paraguas-sombrilla.

¡Odio los paraguas! No sé cuantos accidentes debe haber al año por su culpa pero se debería comenzar a tratar el tema en el Congreso (total se tratan de estupideces mayores). Nunca utilizo paraguas a no ser que sea como medio de autodefensa. Y ¿por qué la gente que lleva paraguas se colocan en la unica parte de la calle que queda cubierta? ¿para que nos mojemos los que no llevamos paraguas? ¿por qué la gente mira mi sombrero y hacen comentarios entre ellos? Vale es un poco grande, bueno es muy grande, y lleva una pluma, lo cierto es que es un poco llamativo, pero es mi sombrero favorito. Hace años seria un escandalo que la gente saliera a la calle sin sombrero y ahora me miran a mi por llevarlo.

Llueve en la calle, yo me voy a casa donde estare calentita leyendo un buen libro, y los demás que lidien con sus paraguas.

jueves, diciembre 01, 2005

El Blues del Autobús


Ya tengo movil
Ya tengo admisión al doctorado
Ya tengo tarjeta
Ya tengo tiempo

No tengo novio
No tengo internet
No tengo prisa
No tengo trabajo

Es sorprendente como a veces parece un día normal. Te despiertas por la mañana, te miras al espejo con cara de sueño, coges el metro, coges el autobus, haces el mismo recorrido que llevas haciendo dos años hasta tu trabajo. Entras en tu despacho, miras el ordenador, y desfías las ocho horas que tienes que pasar allí.

Intentas salir una hora antes, y entonces tu jefe te intercepta en la salida. Mi jefe, mi jefe es famoso por ser un borde. Cuando empece a trabajar aqui, el director del master que estudiaba, me comento como un secreto sabido a voces, que sí no aguantaba allí más de dos meses no me preocupara, era lo que solia durar la mayoria de la gente en esa empresa. Yo he estado dos años.

Estabamos cuando mi jefe me intercepta en la salida, me llama a su despacho, para hablar del nuevo contrato, el nuevo contrato no existe, me tendria que hacer fija y pagarme un salario menos indigno... y no es posible. Mi jefe (el famoso borde) mantuvo la compostura mientras yo totalmente fria y con una sonrisa congelada en la boca iba firmando los papelotes. En el momento de la despedida, mi jefe (he de recordarlo de nuevo, el borde) se echo a llorar, se echo a llorar mientras me pedia disculpas. Yo (yo) le consolaba.

Fundido en negro.

Estoy en una silla-camilla-camaradelastorturas esas que tienes los ginecologos, medio desnuda, con frio y mirando la lampara del techo, mientras me preguntaba, ¿por qué narices tenía que tener hoy cita con el medico? ¿por qué hoy? ¿no era suficiente un despido en el día? Noooooo, ademas tenia que ir al ginecologo.

Fundido en negro.

Salgo a la calle, hace frio, la gente empuja a la gente intentando hacer sus compras. Yo intento conseguir un nuevo movil. Pienso que a lo mejor me llevo una sorpresa y me regalan un aparato de esos con camara, tonos-no-sé-que y un sin manos para el coche que no tengo. Mi gozo en un pozo. Tengo que desembolsar de mi cuenta de nueva parada, por el aparato de turno.

Fundido en negro.

Ahora buscar trabajo. ¡Pufff que pereza!!!

Fundido en negro.

No puedo evitar sonreir a la persona que me mira desde el otro lado del espejo.

Fundido en negro.

Con mi racha de mala suerte, seguro que ahora me sale un novio, si un novio de esos que me salen a mi. ¡Pufff que pereza!!!!

Fundido en negro.