
“Reinaba la intranquilidad.
Ella, tímida, inclinaba la cabeza
Para que él se acercase.
Pero a él le faltaba el valor.
Ella dio media vuelta y se alejó.”
Hong Kong 1962
Comienza la película y con gran maestría se nos presentan los personajes principales. Lizhen (
Maggie Cheung) está viendo la habitación que alquilara para vivir con su marido, ha salido tarde de trabajar y él se encuentra, como siempre, de viaje. Él, Chow (
Tony Leung Chiu Wai), se cruza con ella en las escaleras, acude también sin su mujer y va a ver esa misma habitación ya alquilada, así que le indican que mire en la casa vecina donde también podrá encontrar una habitación libre. En la mudanza que ambos realizan el mismo día, se entremezclan sus zapatos, sus muebles.
Poco a poco se nos va mostrando como los personajes ausentes (los esposos ausentes) mantienen una relación entre ellos, de la cual saben tanto Lizhen como Chow. Este cruce de personajes se nos muestra impecablemente en una reunión en una de las casas, sin diálogos y con la cámara observando desde fuera de la habitación.
Así comienzan los encuentros entre Lizhen y Chow. Primer encuentro: no hay encuentro. Segundo encuentro: se cruzan en una escalera. Tercer encuentro: plano fijo de la lluvia y la luz de una bombilla, Chow aparece en plano para resguardarse. Ella espera y mira hacia donde probablemente está él. En la siguiente escena suben juntos la escalera de casa.
Tras una llamada, van juntos a tomar un café, ambos juegan con sus cartas sobre la mesa. “Me pregunto como empezó todo”. Y comienza el juego.
Una bella escena: él espera en una habitación de hotel. Ella llega en un taxi y pregunta en recepción por él. Sube una escalera y la baja, vuelve a subirla para volverla a bajar, vuelve a subirla corre por el pasillo para volver a caminar sobre sus pasos… es esa indecisión que nos transforma cuando queremos algo pero tenemos miedo de obtenerlo, y de convertirnos en aquello que prometimos no ser. Arriba la espera la habitación 2046. Unos nudillos golpean una puerta, y él, que la espera dentro, no se apresura en abrir, se deleita en ese instante que aun le queda antes de verla, antes de que comience su historia.
“Solo quería saber como empezó todo. Ahora ya lo sé”
Wong Kar Wai comenzo a conocerse en Occidente con su película "
Chungking Express", de la que Quentin Tarantino hizo la suficiente publicidad como para que a todos se nos grabara el nombre de Wong Kar Wai. Tras la para mi algo fallida “Ashes of Time”, la interesante “Fallen Angels” y la hermosísima “Happy Together”, este gran director acabo de consagrarse con “
Deseando Amar”. Fotografiada magníficamente, como el resto de sus trabajos, por
Christopher Doyle y con la melancólica música de Michael Galasso y Shigeru Umebayashi, convierten a esta película en una de las más hermosas y poéticas. CINE con mayúsculas, con reminiscencias a Dreyer o a la fuerza visual de “L´Atalante” de Jean Vigo.
“Deseando Amar” es una película solo apta para estetas, que nos cuenta una bella historia de amor y desamor, de encuentros en escaleras y bajo la lluvia, del tiempo que no pasa y del que se nos escapa entre los dedos, de sombras y reflejos en espejos, de humo y comida.
“Él recuerda esa época pasada. Como si mirase a través de un cristal cubierto de polvo, el pasado es algo que puede ver pero no tocar. Y todo cuanto ve está borroso y confuso.”